La música tiene un gran beneficio en general, pero en concreto en el desarrollo global de los niños es muy importante.
Está comprobado que escuchar de manera regular música durante los primeros siete años de vida tiene un gran impacto en la formación y conectividad del cerebro.
Además, la música fomenta las capacidades psicomotrices en la infancia, como por ejemplo hacer ejercicios rítmicos, que a su vez repercutan en habilidades como las matemáticas.