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Parroquia Santa Beatriz de Silva
3 mayo, 2024 a las 04:44
Parroquia Santa Beatriz de Silva
- Dirección: Calle Méjico, 22
- Ciudad: Leganés
- Provincia: Madrid
- País: España
- Código Postal: 28918
- Teléfono: 911 704 874
- Página Web: https://www.santabeatrizdesilva.es/contacto/
Parroquia Santa Beatriz de Silva
Sacramentos
¡Los Sacramentos son signos sensibles instituidos por Jesucristo para darnos la Gracia que nos ayude a alcanzar el Cielo!
Bautismo: Es el sacramento que nos hace Hijos de Dios, miembros de la Iglesia y nos limpia el pecado original.
- Borra de nuestra alma el pecado original.
- Nos Santifica: Nos hace Hijos de Dios y herederos del Cielo.
- Nos incorpora al sacerdocio de Cristo.
- Nos incorpora a la Iglesia y nos beneficia de todas sus gracias.
- Nos imprime en el alma el Carácter imborrable.
Penitencia o Confesión: El sacramento de la penitencia nos sirve para reconciliarnos con Dios y pedirle perdón por las faltas que hemos cometido.
Para hacer una buena confesión necesitamos seguir 5 pasos:
- Examinar nuestra conciencia.
- Arrepentirnos de nuestros pecados.
- Proponernos nos volver a pecar.
- Confesar nuestros pecados.
- Cumplir la penitencia que nos manda el sacerdote.
Cumplir estos pasos nos ayuda a tener una conversión mas sincera y leal a Dios porque nos tomamos el tiempo para recordar aquellos pecados que en el momento no tenemos en mente. Para alcanzar una buena confesión también es importante que sepamos cómo vamos a decir nuestros pecados y para esto tenemos unas características:
- No decir los pecados del prójimo sino los propios.
- No redundar en el pecado decirlo tal cual es sin brindar detalles, no es necesario.
- Escuchar al sacerdote si nos interrumpe con algún consejo. Recordemos que en ese momento el sacerdote se convierte en Jesucristo, por lo que debemos mostrarle respeto y confianza para sacar todo lo que llevamos dentro y que no nos deja vivir.
- Nos restablece la Gracia cuando caemos en el pecado.
- Y nos da la fuerza para seguir con más ánimo nuestra relación con Dios.
Eucaristía: En este sacramento, recibimos por primera vez y para siempre el Cuerpo y Sangre de Cristo que nos alimenta nuestra vida espiritual y nos recuerda la historia de nuestra salvación; es decir, que Jesús murió y resucitó, que fue entregado como cordero al matadero y todo para redimirnos de nuestros pecados.
Este es el sacramento que nos deja ver y sentir que Dios está siempre con nosotros y quiere estar dentro de nosotros como signo de unidad para que seamos uno solo en Él.
- Nos aumenta la Gracia.
- Nos perdona los pecados por los méritos de la muerte de Cristo en la Cruz.
Confirmación: Es el sacramento que nos convierte en Soldados y Apóstoles de Cristo. Aquí se nos concede la gracia de recibir por segunda vez al Espíritu Santo quién viene a derramar sobre nosotros 7 dones; Sabiduría, Entendimiento, Ciencia, Consejo, Piedad, Fortaleza y Temor de Dios.
En el sacramento de la confirmación renovamos nuestras promesas bautismales, aquellas promesas que adquirimos el día que nos bautizaron y que muchos no recordamos porque éramos unos niños. Este sacramento viene a representar un segundo SI al Señor, es decidir por nosotros mismos que queremos seguir a Jesucristo y predicar su palabra.
- Nos aumenta la Gracia y fortalece nuestra fe.
- Imprime un carácter espiritual permanente.
- Nos anima a cumplir los deberes del cristiano maduro: Testimoniar la fe hasta el martirio.
- Nos impulsa al apostolado y compromiso social.
- Nos impulsa a una mayor participación en la Iglesia.
Matrimonio: Es el sacramento en el que Dios bendice el amor entre el hombre y la mujer y los une para que sean una sola persona y puedan sacar adelante su matrimonio cumpliendo los mandatos de la ley de Dios y procreando hijos para Dios.
- Sana y remedia contra el amor libre, el hedonismo y la atracción puramente erótica.
- Perfecciona el amor conyugal elevándolo a la realidad sobrenatural.
- Hace a Dios un miembro más de la familia.
- Nos hace participadores de la unión de Cristo con su Iglesia y reflejo de este amor.
Unción de los enfermos: Es el sacramento que nos conforta en nuestra enfermedad. Con este sacramento recibimos la sanación de nuestra alma para aceptar la voluntad de Dios y si tenemos mucha fe recibimos la sanación de las enfermedades del cuerpo.
- Nos identifica con Cristo doliente.
- Nos alivia y fortifica cuando estamos enfermos aumentando nuestra confianza en la misericordia divina y nos conforta para soportar más fácilmente los dolores y tentaciones. Nos hace merecedores de ganara gracias para la Iglesia y para las personas a las que le dediquemos nuestro dolor.
- Nos perdona los pecados veniales y nos quita las huellas del pecado pasado.
- Nos da la salud corporal siempre que la pidamos y esté en los planes de Dios.