¿Qué es lo que diferencia a una artista de una persona normal? Veamos. Nuestros cuerpos están todos hechos de tejidos. Tenemos doscientos seis huesos y más de seiscientos músculos, somos piel, órganos y fluidos.
Pero Mansura de la O es color. Sí, ella almacena en el hemisferio derecho de su cerebro agrupaciones cromáticas que ha visto y ha vivido a lo largo de sus viajes.
Mansura guarda en su cerebro el verde de Etiopía, un destello del mercado de Fez, una foto en movimiento del gran bazar de Estambul o una pincelada colorida de La Plaza de armas de Cuba. Mientras que sus ojos proyectan un atardecer en el desierto cada vez que los abre. Ella piensa en imágenes y habla a través de sus cuadros. Cuadros que nos miran desde las paredes del restaurante Ohlalá mientras tomamos un café y charlamos.
Y es que Mansura tiene en este momento dos exposiciones expuestas en Leganés, la primera en la Libre de Barrio y la segunda en el restaurante Ohlalá que lleva más de veintisiete años en la calle Juan Muñoz nº14 en pleno corazón peatonal de nuestra ciudad. Ambas exposiciones son seña de identidad de la artista. La de la Libre lleva expuesta desde diciembre de 2019. Como vino la pandemia, ahí siguen los cuadros de figuras femeninas culturalmente muy reconocibles, como Mafalda o Alicia, pero irreverentes en su actitud. Mientras que en la exposición del Ohlalá es de catrinas.
La catrina es una de las expresiones artísticas más reconocidas de Méjico y surgió como burla a los indígenas que se habían enriquecido y vestían de forma colorida enmascarando así sus orígenes más humildes. El caso es que la fecha para exponer estas catrinas es la idónea, así como lo es que Mansura haya utilizado materiales reciclados.
Optar con reutilizar se me antoja algo revolucionario. Como también lo es ridiculizar el lujo y las máscaras que nos separan de quien somos en realidad. Así que el cuadro que hoy en día es una espléndida mujer pirata quizá fuera en el pasado un bodegón oscuro o una escena de caza de esas que cuelgan en las paredes del salón de los abuelos sobre el sofá adornado con pañitos de ganchillo.
Pero Mansura se ha atrevido a más. En los peores momentos de la pandemia, ella eligió optar por el humor y por el arte para acompañarnos a todos y eso hizo con su viñeta diaria. En esta tira cómica, la pintora e ilustradora aparecía narrando su día a día emocional y vital junto con tres miembros de su familia animal, el Lolo su perro de agua y sus dos gatas La Sonia y la Chunga.
Y cómo agradecimos en aquellos momentos la viñeta en la que veíamos reflejadas las fases por las que todas y todos íbamos pasando en aquellos tiempos de angustia y miedo.
Y por último, te cuento de su faceta de escritora infantil e ilustradora que está en un momento incipiente después de su primer cuento para explicarles el coronavirus a los más pequeños, Cuando coronavirus llegó, que ella misma escribió e ilustró y de dos proyectos más donde colabora como ilustradora para el Mindfulness que son El Jardín en el Tejado y Ana y las hormigas Pai Pai, ambos de Belén García Casado.
En este momento Mansura ha decidido que quiere explicarles aún más cosas a los peques a través de su mundo de imágenes y colores y a través de su sensibilidad.
Yo estoy segura de que esta artista rebelde lo va a conseguir sobre todo porque ya sé qué tiene ella cómo artista distinto de las demás personas. Creo que tiene la capacidad de ayudar a los otros utilizando el arte cómo vía de expresión ya sea para mostrar mujeres inconformistas, piratas olvidadas por la historia, humor en mitad de la desolación e información comprensible para los más pequeños. Gracias por tus mensajes y por tus imágenes. Y ahora, a seguir llenando de colores la vida.
Visita sus exposiciones en:
La Libre de Barrio – C/ Villaverde, 4
Rte. OhLaLá! – C/ Juan Muñoz, 14