Para Mariví, formar parte del coro Acordes-San Nicasio ha supuesto cumplir un sueño. Ahora canta sobre un escenario. A Sara se le ha quitado la vergüenza, es una valiente. Ana ha descubierto una nueva afición y nuevos amigos. A Paqui, el coro le ha devuelto la sonrisa. Para Mari, lo mejor ha sido reencontrarse con la música después de la maternidad.
Estas son sólo algunas de las razones por las que más de 40 hombres, mujeres y peques han decidido unirse al coro de la Escuela de música Acordes en colaboración con la Asociación de vecinos de San Nicasio que ensaya cada viernes en la Asociación, avenida del Mediterraneo SN de 17.00h a 18.00 niños y de 18.00 a 19.15 adultos.
Todos los integrantes coinciden en el carisma de su directora María Costumero. Ernesto, director de la Escuela de música Acordes la fichó no sólo por su estudios si no por su habilidad para hacer fácil lo difícil. María es compositora y pianista titulada por el Conservatorio Superior de Atocha. Además, ha sido profesora de música para los alumnos de cine de la universidad Rey Juan Carlos y ha trabajado como ayudante de producción musical en películas de Almodovar entre otros. María tiene en el mercado tres discos de Folk y ya ha sacado su primer trabajo en solitario Inspira.
Siguiendo la estela de la Escuela de música Acordes, el repertorio del coro está repleto de temas actuales. Música moderna, pop, rock y jazz que cantan los peques de 8 a 13 años y los adultos de 17 en adelante. Dice María que sus alumnos son muy aplicados, que no faltan a clase y que repasan en casa. También valora su capacidad de superación y cómo se ayudan los unos a los otros.
Ya han actuado en el auditorio de la Universidad Carlos III durante el Festimad acompañando a Fractal, también en el Teatro José Saramago en un acto de la Plataforma en defensa del menor de Leganés así como en la antigua Sala Gurdulú o en la Fiesta de fin de curso de la Asociación de Vecinos de San Nicasio en una Plaza de Somoto entregada y llena. Pero estos chicos del coro cantan hasta en las cañas de después de los ensayos. Si se tercia, cantan en plena calle o mejoran con sus voces cualquier cumpleaños feliz con el que se topan. Su alegría al cantar traspasa paredes. Es tan contagiosa que ya les ha cambiado a todos ellos. Ahora esperamos que sigan inundando también la ciudad y que la mejoren como se mejora todo a través de la música. Con María al frente y sus chicos del coro la alegría está asegurada.