Trinidad Díaz. Cómo capturar el deseo.
Trinidad Díaz es la mujer que está del otro lado de la cámara. Son los ojos que captan la belleza, el deseo. Es la generosidad que devuelve con arte el buen hacer de los trabajadores de la sanidad pública. Trinidad Díaz expone sus fotografías en el Severo Ochoa hasta el 31 de Marzo. La exposición que lleva por nombre Deseos de Salud surgió como agradecimiento al cuidado que los padres de la fotógrafa recibieron durante años en el hospital. Trinidad aprecia que los sanitarios del Severo Ochoa, más allá de realizar su trabajo, le ponen alma al día a día. Y sabe que cada persona que pasa por un hospital está inmersa en una historia por eso cada foto de Trini nos deja ver un pedazo de verdad, de vida y de humanidad.
Trinidad Díaz lleva veinte años mirando a través del objetivo de su inseparable canon. Ansía capturar el deseo, congelar el movimiento. Al principio, ella misma revelaba las fotos y aprendía de forma autodidacta aunque siempre compartiendo la afición a la fotografía con su hermano y su pareja. Pero reconoce que no empezó a tomarse en serio su propio valor hasta que en 2006 ganó el concurso de fotografía del grupo de foto de Polvoranca. Trinidad se formó en los cursos municipales con Paco Morillo especialista en fotografía social. Ahora Paco es su mayor impulsor, se ha convertido en el empujón final que hace que Trini se atreva a dar nuevos pasos en su camino de creación.
Su lugar favorito de Leganés es un banco que está en Polvoranca en un lugar ligeramente elevado y que da la espalda al parque. Cuando necesita un momento para reflexionar, se sienta allí y repasa mentalmente sus viviencias. Trini es la mayor de cinco hermanos. Su familia se mudó a Leganés siendo ella muy pequeña. Pasó su infancia en la calle Villaverde, en pleno centro de Leganés. Estudió en el Liceo San Pablo hasta octavo y después en el Churriguera. Disfrutó de una infancia feliz rodeada de sus veintiocho primos. De sus padres solo tiene buenos recuerdos. La madre de Trini era una de esas mujeres hechas de una pasta especial, de esa generación que jamás enfermaba y podía con todo. Trinidad define a su padre como alegre y muy trabajador. La perdida de ambos supuso para ella un profundo dolor que ha transformado en gratitud y arte.
Trinidad tiene más proyectos fotográficos como el que la ha llevado al circo Quirós o el que conecta fotos y música. Espero que ahora sí que se atreva a seguir por el camino de la creación. Sobre todo ahora que sabe lo bonito que es colgar cuadros en las paredes del Severo Ochoa y que alguien la abrace por detrás de forma inesperada. Sabe que es el abrazo de una de las protagonistas de sus fotos emocionada pero también sabe que es el abrazo que le hubieran dado sus padres orgullosos .
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